Te espero

    26 may 2024 / 09:50 H.
    Ver comentarios

    Estabas siempre y nunca estabas. En todos sitios estabas y nunca te encontraba. Si andaba me acompañabas. Si respiraba te olía. Si hablaba me escuchabas y si callaba te oía. Si dormía te soñaba. Si despertaba no estabas. Si subía arriba estabas si bajaba abajo estabas. Si lloraba me mirabas. Si miraba te veía. Si me iba te venías y si venías no llegabas. Estabas siempre y nunca estabas. En todos sitios estabas y nunca te encontraba. Las heridas no cerraban, la muerte no mataba y la vida no importaba. Todo se volvió eterno. Las bocas no besaban, las manos no tocaban y el corazón no escuchaba. Todo se volvió eterno. Los ojos no miraban. Las miradas no veían y los colores no estaban. Todo se volvió eterno. Las lunas, sin coronas, de largo pasaban y nunca saludaban. Todo se volvió eterno. Estabas siempre y nunca estabas. En todos sitios estabas y nunca te encontraba. Mis llantos duraron años. Las aguas de nuestra fuente se volvieron lágrimas. Los caminos del monte se hicieron de piedra negra y pesada, y cada día desaparecía un puñado de estrellas dejando las noches a oscuras. Luego me fui al silencio. Hice de tu recuerdo mi pasión, a la espera de volver a verte en la larga eternidad, y solo el monte me llenaba de ti. Desde mi asiento de pinocha, pisando la piedra negra, miraba hacia Segura donde estabas, otra vez, recluida. El viento me traía tu voz desde la encina: Te espero.

    Articulistas