Te escribo

    13 feb 2020 / 10:20 H.
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    Te conozco. Te escucho. Te miento. Te hablo. Te observo. Te detesto. Te miro. Te veo. Te ofendo. Te despierto. Te canto una canción con un inglés macarrónico. Te pido un baile. Te pido un minué. Te ofrezco el único langostino de mi ensaladilla rusa. Te reservo una butaca al lado mía, en la peor película del cine. Te silbo. ¿Te odio? Te doblo esa camiseta mía que te pones. ¿Te basto? ¿Te valgo? ¿Te importo? Te tengo miedo. Te huelo cuando no me miras. Te pellizco. Te araño. Te gruño. Te admiro. Te dibujo un corazón con el vaho en la ventana. Te escucho. Te guiño mi ojo derecho. Te oigo. Te quiero ¿te lo he dicho? Te pregunto. Te temo. Te invito a comer un pollo asado en casa. Te dedico un eructo. Te doy un patadita a la suela de tu zapato bajo la mesa. Te respondo. Te beso. Te abrazo. Te mando el enlace de una noticia que cambiará el mundo. Te preparo una ensalada de bolsa. Te escondo en mis pensamientos. Te descuelgo el abrigo del perchero. Te preparo un cocido de lata. Te tiro a la cara un calcetín sucio. Te regalo un soneto antiguo. Te dejo un lado de mi cama. Te dejo sin almohada. Te dejo sin agua caliente. Te aburro. ¿Te olvido? Te echo de menos. Y punto. Te invento y te escribo.

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