También
esto pasará

Estreno mi nuevo superpoder: la mirada de balcón y la uso, para fijarme en más detalles de mis vecinos. Hay una pareja que me recuerda a mis padres y me alegra verlos. Asomada veo pájaros que tienen forma de media luna negra y admiro su afán en encontrar, por fin, un hueco en la terraza del vecino, para su nido. La primavera trae un sol más sincero. De esta cuarentena me gustan las nuevas esquinas de casa para colocar la butaca y entretenerme con el teléfono móvil lleno de videollamadas, mensajes y chistes. Me gusta el placer calentito del secador, el olor efímero de la colonia, la radio que habla en la cocina, el aperitivo del vermú y su tapa, el olor a pan recién tostado, los platos combinados y los bailes de salón. Aún sigo sin averiguar el truco del cielo que cambia nubes por estrellas. Me gusta tumbarme y que el sueño me gane. Y estar segura y a gusto en casa. Las películas y series me provocan grandes risotadas y he tenido el gusto de terminar una novela titulada “También esto pasará”, donde narra que un emperador chino convocó a todos los sabios del mundo para que le diesen una sola frase que valiera para todas las circunstancias y ellos, en un anillo, le grabaron la siguiente: También esto pasará.