Talento tecnológico

El pasado miércoles, conversaba con un buen amigo realmente preocupado por la dificultad que está encontrando para incorporar perfiles tecnológicos a su proyecto profesional. Un auténtico quebradero de cabeza que quiso compartir conmigo y que nos permitió reflexionar acerca de cómo ha cambiado el mercado laboral y en general el mundo del trabajo.

¿Se acuerdan cuando trabajar significaba ir a una oficina de 9 a 5, sentarse en un cubículo y hacer lo que te decían? Bueno, eso ya es historia. Ahora vivimos en un momento en el que todo es experiencial. Lo vemos claramente cuando compramos. Más importante que el producto es el trato y la atención recibida. Pues, exactamente igual está pasando en el mercado laboral. No se puede seguir buscando, sencillamente, a alguien capacitado para un puesto a cambio de un sueldo, sino que hay que ofrecerle una experiencia profesional completa.

Primero, hablamos de la flexibilidad y el trabajo híbrido. Hoy en día, la gente no quiere estar atada a una silla todo el día. Prefieren mezclar el trabajo en casa con algunos días en la oficina. Esto es especialmente cierto para la gente de tecnología, que a menudo puede trabajar desde cualquier lugar. Así que, a mi querido amigo, le toca ponerse las pilas con esto.

De igual modo, ahora está el tema de trabajar por proyectos. Seamos honestos, las estructuras rígidas de las empresas son, a veces, un impedimento a la hora de resultar atractivas. La gente quiere sentir que su trabajo tiene un propósito, que aportan a algo concreto. Trabajar por proyectos hace que todo sea más dinámico y, sinceramente, más emocionante.

Y bueno, no podemos olvidarnos del bienestar. Ya no es suficiente ofrecer un buen salario. Los nuevos profesionales buscan empresas que se preocupen de verdad por ellos, tanto física como emocionalmente. Un ambiente de trabajo sano es clave, ya que, si te sientes bien, trabajas mejor. Así de simple.

El enfoque en las personas es otro punto clave. Los trabajadores de hoy quieren sentir que son más que un número. Su creatividad, talento e innovación son lo que lleva a las empresas hacia adelante. Así que hay que valorar este aspecto de forma estratégica.

Hablamos igualmente con sinceridad en cuanto al liderazgo, coincidiendo que la era del jefe autoritario ya pasó. Ahora se buscan líderes humanos, que entiendan y apoyen a su equipo. Un buen líder debe ser como un entrenador, alguien que te inspire y te motive a dar lo mejor de ti. Resultó sencillo abordar esta cuestión pues ambos compartimos equipo de baloncesto en nuestra adolescencia y sabemos de qué va esto.

Y por último, pero no menos importante, tuvimos la oportunidad de hablar de su empresa, de sus oficinas y de su nave de fabricación como espacio de trabajo para sus ya más de 30 colaboradores. Y a resultas de ello también concluimos que ahora los cubículos están “out”. Lo que se lleva son espacios abiertos, áreas de colaboración, sitios para socializar y, claro, que sean amigables con el medio ambiente. Un buen ambiente de trabajo puede hacer maravillas y resultar un factor clave para atraer talento.

Así pues y a modo de reflexión conjunta, concluimos que para que una empresa sea atractiva para el talento tecnológico, es crucial que realice una introspección profunda. Ésta debe ir más allá de la mera oferta económica y considerar si las oportunidades de trabajo que ofrece la empresa realmente resuenan con los valores y expectativas actuales de estos profesionales.

Por tanto, las empresas deben evaluar y, si es necesario, reformular sus políticas, cultura y entorno de trabajo para alinearse con estas aspiraciones.

En la era digital de hoy, los expertos en tecnología buscan no solo una compensación justa, sino también un entorno que fomente la innovación, el crecimiento personal y profesional, y una cultura de trabajo que promueva el equilibrio entre la vida laboral y personal.

En definitiva, un lugar donde no solo vayan a trabajar, sino donde realmente quieran estar.