Sujétame el cubata

Algo así debió decirle el año 2021 al 2020. Está claro que si todo podía empeorar, está sucediendo sin remisión, poniendo a prueba nuevamente lo elástica que pueda ser nuestra goma. Cada día es una vuelta de tuerca más a los ánimos, a los ahorros, o al fondo de nuestro ser. Nos vamos quedando sin anhelos e ilusiones presumiendo ya que todo irá a peor como una sepsis corporal que irá destruyendo cada uno de nuestros órganos vitales. Un “Sino” fatal que incluso ha desmoronado la esperanza en una vacuna que no llega o llegará tarde para demasiados. El 21 nos ha metido en el peor de los “Día de la Marmota” y se ríe de lo que su antecesor ha hecho con nosotros. Desde mi ventana al centro de la ciudad se dibujan las figuras humanas languideciendo cada día más, cabizbajos, plenos de razones seguramente. No deseo más que perder de vista esas imágenes de barbillas sobre el pecho, asustadas almas por un futuro cada vez más incierto. Mientras la solución al alcance de la mano metida en congeladores. Al menos podrían ponernos placebo.