Suena a Navidad

08 dic 2017 / 10:33 H.

Antiguamente, las vacaciones de Navidad para los estudiantes universitarios comenzaban en la Inmaculada y finalizaban pasados los Reyes. La mayoría de estos venían de Granada, a excepción de algunos ingenieros y arquitectos que estudiaban en Madrid, y algún que otro médico en Cádiz. La llegada de estos, junto con los aromas a jamila, las noches más largas, y al ambiente festivo y de bullicio que se respiraba en nuestras calles, indicaba que se estaba acercando la Navidad. Actualmente, la cosa ha cambiado un poco, ya que no se nota la llegada de los estudiantes, porque como decía aquel: “las gallinas que entran por las que salen”, el olor a jamila solo lo conocemos los que hemos saltado los 50, y lo del bullicio de las calles ya no es lo que era. Lo que ahora nos indica en Jaén la proximidad de las fiestas es la inauguración del alumbrado de El Corte Inglés, los calendarios para conseguir cuadrar las cenas de empresa y amigos sin que se solapen, la venta de papeletas y sorteos de distintos colectivos, los anuncios en la tele de juguetes, de turrones, de la lotería de navidad, de las burbujas de Freixenet, etcétera. También nuestra cerveza especial Navidad, los mercadillos navideños y por supuesto el ambiente musical nos indica que se acercan las fiestas. Como he dicho en varias ocasiones, nuestra capital tiene más cantantes que habitantes. Muchos músicos simultanean varias agrupaciones, lo que les supone que estas fechas sean para ellos auténticos maratones. Algunos de ellos tienen más de 15 conciertos solo en este mes, amén de los que han tenido que rehusar por no tener fechas. Pensemos que cada concierto tiene detrás una importante preparación y muchos ensayos, por lo que la afición se puede convertir en una auténtica pesadilla. Cuando pasan estas fechas están para el arrastre, jurando en arameo que no volverán a meterse otro año en tantísimos eventos. Voy a poner dos claros ejemplos de músicos angustiados. El primero que voy a nombrar es Miguel Ángel Ruiz. El reconocido tenor jaenero, es el responsable del taller de Canto de la Universidad Popular Municipal. Dentro de estos talleres tiene una sección de canto para coro y otra más específica para solistas, pasando de los 150 alumnos. Amén de esto, es el director de la Coral Aida y tiene sus propios conciertos en solitario. Pues bien, este buen hombre se ha preparado para esta Navidad el siguiente calendario: 30 noviembre gala benéfica de zarzuela a favor de la Asociación de Esclerosis Múltiple, 1 de diciembre gala benéfica ningún niño sin juguete, 5 de diciembre Apache sinfónico en el Teatro municipal de Almñécar, 8 de diciembre concierto de ópera y zarzuela en Beas de Segura, 9 de diciembre Habanbolerando en el Darymelia con la coral Aida, 21 de diciembre concierto de villancicos con el taller de canto de la Universidad Popular Municipal, y dos fechas más de Apache sinfónico que las desconozco. Pues bien, con la achaque de no tener tiempo ha abandonado a mi grupo “Ajopringue”, dando la peregrina excusa de estar muy cargado. Pues no le va a valer y os garantizo que se subirá el día 17 con Ajopringue al certamen de villancicos, y el 29 con la Tuna de Distrito para la celebración de los 35 años de la fundación de la misma, ambas actuaciones serán en el teatro Infanta Leonor de Jaén. Otra angustiada es Cristina García. Cristina es la directora del Conservatorio privado Maestro Cebrián, directora de la Escolanía de la Catedral, profesora de Secundaria de las Teresianas y directora de mi Cantoría de Jaén. Entre estas cuatro agrupaciones, la señorita tiene 17 actuaciones, que no solo tiene que dirigir, sino que en la mayoría de los casos tiene que gestionar y coordinar. Pues por esta nimiez dice sentirse agobiada. La semana pasada recogió en Sevilla de manos de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, el premio a la mujer emprendedora en la II edición de los Premios Coraje de Andalucía, que visto lo expuesto anteriormente ha sido más que merecido. No sé si felicitar a estas dos personas o darles el pésame.