Sucedáneo de patriotas

En el día después cunden los análisis electorales y el “y ahora qué”; la preocupación de si por Navidad nos regalarán al fin un Gobierno que nos gobierne y nos haga olvidar estos cuatro años de indignación social. Pero más allá de que el Estado cuente ya con uno de sus poderes y no se tenga en él a responsables funcionales y provisionales, me parece mucho más digno de preocupación la génesis en este país de una ideología del patrioterismo. Ha calado sin dificultad en el conjunto de la nación, y con una fuerza casi inexplicable en Andalucía. Con eslóganes tan simplistas como efectivos se ha colocado a la cabeza del pelotón de la clase política. Su ardid principal ha consistido en vender un sucedáneo de patriotismo con mensajes que germinan gracias a la negligencia de los partidos tradicionales. Arropados con bandera nacional, declaran que todo lo construido hasta ahora es la perdición de la esencia de lo español. Nos pitan un país de corridas de toros, católico y clerical hasta la médula, con un solo color de piel. Hasta suena bien cuando hablan de la Constitución, aún representando un peligro para ella.