Sostenibilidad de nuevo cuño

El otro día señalaba las normas, proyectos y estudios generados por la neo-sostenibilidad y sus derivadas: el desarrollo sostenible de la ONU, la economía circular, creada por Europa para intentar volver a lo que siempre se ha hecho; “novedades” con terreno abonado en España para la progresía gobernante que no resuelve problemas, los crea o los cambia de nombre. Ha llegado a Andalucía y el BOJA de 30/3 publicó la Ley 3/2023 de economía circular que no llego a entender; o me he vuelto torpe —la edad— o debo volver a la Facultad a aprender la nueva técnica jurídica que usa. Crea, por si faltan, nuevos órganos administrativos; planifica estrategias e instrumentos precisos para impulsar la circularidad por su interés estratégico: puro humo. En lo concreto bordea el problema de los residuos, e impone un régimen sancionador falto de las tipicidades adecuadas y al que auguro poco éxito en los Tribunales. Ser sostenible es más fácil: lo primero es la educación y la conciencia de necesidad, respetar la naturaleza; adquirir valores hoy trasnochados: austeridad, ahorro, recto uso de los bienes, evitar el despilfarro y no olvidar el valor de las cosas. Así, la verdadera circularidad viene sola.