Sostenibilidad

    13 abr 2023 / 09:08 H.
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    La palabra no se nos cae de la boca, es la panacea y una aspiración colectiva; se invoca en las leyes, en las normas administrativas, se cita en los discursos y hasta en tesis doctorales. ¿Resolvería todos los problemas? Distingamos si pretendemos la sostenibilidad natural o la sobrevenida, porque mucho me temo que solo se busca esta última. La sostenibilidad natural es fácil, la practicaban nuestros antepasados, que no usaban bolsas de plástico y reutilizaban desde la ropa hasta los restos del cocido —¡deliciosa ropa vieja!—; éramos sostenibles en la familia, en la escuela, aprovechando los libros de hermano a primo, los cuadernos y los lápices de colores; sostenibles en la oficina y en el trabajo. El más sostenible, el agricultor, que no tiraba nada. La sostenibilidad sobrevenida no es un regreso mental a la natural, supone cobrar por las bolsas, no comer ternera, cambiar los combustibles fósiles por los almacenes de grandes baterías desechables y, lo que es peor, mantener políticos no sostenibles que usan el Falcon, derrochan y, en lugar de echarlos al cesar, los reutilizan para que desde otro cargo o carguillo sigan despilfarrando mientras predican la falsa sostenibilidad.

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