Sostenibilidad

Cualquier reflexión sobre el mundo de la empresa actual requiere ser consciente del papel de la misma en la sociedad, su incuestionable incidencia en la vida de las personas y en nuestro medio ambiente, y esa reflexión necesita un enfoque más integral del conjunto de la actuación empresarial; desde el desempeño del negocio a la responsabilidad social y el compromiso con el medio natural. Creo que nuestro desarrollo debe atender las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para hacer lo mismo. Estamos abocados a hacer del nuestro, un desarrollo sostenible que integre en su base el equilibrio entre el crecimiento económico, la protección del medio ambiente y la inclusión social. La sostenibilidad requiere que conectemos la visión estratégica y nuestras aspiraciones con el día a día de la compañía y de las personas que la forman, y que mostremos cómo contribuimos y qué pasos damos para conseguirla. Desde mis inicios, como emprendedor, tuve claro que cualquier desarrollo empresarial en el que me viera implicado debía estar ahí, en el desarrollo de este enfoque, y para recorrer ese camino me rodeé de personas con los mismos valores. Queríamos estar entre las empresas que crean de manera integrada, valor económico, social y medioambiental, a medio y largo plazo, contribuyendo al bienestar de las comunidades donde estemos presentes, al igual que de las generaciones futuras. Quise, quiero y recomiendo hacer de la cultura de la sostenibilidad un elemento diferenciador, y aunque el camino ha podido ser más o menos complicado, todos estos esfuerzos tienen un efecto positivo, incluso para las finanzas de la empresa. Debemos ser conscientes de que todo lo que hacemos tiene un impacto real en la empresa, en la sociedad y el medio ambiente, y que todas las contribuciones que realizamos son particularmente importantes y en las que todos aportamos. No se trata, por tanto, de activar políticas aisladas, sino de priorizar la sostenibilidad en todas las acciones de la empresa, convirtiéndola en una filosofía de vida corporativa. Apostar por el desarrollo sostenible supone partir desde lo ético e informar así a todos los valores de la empresa.