SOS para las mujeres de Kabul

31 ago 2021 / 16:41 H.
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Después de mi último artículo continuaré con el análisis de los proyectos que Jaén está preparando para los nuevos fondos europeos next generation, pero será en el próximo artículo. Hoy no puedo pasar por alto la tragedia que de nuevo nos ocupa en las últimas semanas y que ha vuelto a poner en evidencia la debilidad de nuestro sistema multilateral de defensa de las libertades y los derechos humanos. Me refiero a la situación en Afganistán y la llegada de nuevo de los talibanes al poder. Cuanta hipocresía y cuanto interés oculto sigue moviendo a las grandes potencias mundiales, mientras los derechos humanos de las mujeres siguen estando igual de pisoteados que siempre. En 1998 la Comisión Europea de la mano de la valiente comisaria Emma Bonino protagonizaba una campaña bajo el lema, “una flor para las mujeres de Kabul”, que consiguió una gran concienciación mundial sobre la brutal situación de discriminación y abusos que sufrían las mujeres afganas desde que los talibanes llegaron al poder en 1996. Además, consiguió el apoyo internacional para abrir cauces de salida para las miles de afganas que pedían auxilio al mundo. En España esa campaña fue liderada también por la entonces eurodiputada y presidenta del MPDL, Paca Sauquillo. Gracias a esa campaña y a la ayuda internacional de muchas organizaciones los derechos de las mujeres y las niñas progresaron, aunque de forma desigual en todo el país. Actualmente hay 3,3 millones de niñas que reciben educación, y según la Organización Mundial de la Salud alrededor del 87% de la población pudo acceder a centros médicos. Según Amnistía Internacional, en 2019 más de mil mujeres contaban con sus propios negocios y a pesar del conflicto permanente, mujeres afganas han conseguido ser abogadas, médicas, juezas, profesoras, ingenieras, atletas, políticas, periodistas, empresarias, agentes de policía y miembros del ejército, y activistas de derechos humanos. Por eso, no podemos mirar para otro lado y tirar de nuevo todas estas conquistas por la borda. Reconocidas periodistas y escritoras españolas, entre las que se encuentra Sol Gallego o Rosa Montero, han impulsado un manifiesto en el que hacen un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que se mantengan abiertas las fronteras de Afganistán y salgan del país todas las personas que lo deseen, en especial las mujeres, quienes más amenazadas tienen sus vidas y libertades. El 18 de agosto ONU Mujeres publicaba también un manifiesto en el que declaraba su pleno compromiso de apoyar a las mujeres y niñas de Afganistán, “Seguiremos desarrollando nuestras actividades y comprometidos con nuestros socios en este momento crítico” decía. No haya nada más frustrante para la historia de la humanidad que volver a vivir conflictos y atrocidades sobre la vida de las personas que creíamos ya superados. Tenemos que apoyar todos estos manifiestos, pero sobre todo debemos no cesar en nuestro activismo cívico hasta conseguir que los derechos de las mujeres y las niñas afganas estén de nuevo en el centro de la solución a este conflicto sin fin. La vulneración flagrante de los derechos humanos de estas personas es de una frustración internacional sin parangón. La decencia de nuestras democracias y nuestra dignidad como mujeres está en juego mientras no seamos capaces de resolver de otra manera estos conflictos, tan complejos pero tan urgentes de erradicar.

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