Sopa de cebolla

    09 dic 2019 / 11:32 H.
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    Por qué lloras, mamá?” Le pregunta Rocío a su madre, mientras le clava sus enormes ojos azabache ante la vidriosa y esquiva mirada de su madre. “No me pasa nada. Son los bichitos de la cebolla que estoy picando.” Rocío, de seis años, abraza enrocada la pierna de su madre en la cocina para demostrarle su ferviente amor, mientras ella continúa picando cebolla sobre la tabla de madera de olivo donde, a su vez, van cayendo incesantemente lágrimas lapidarias que rezuman impotencia y agotamiento. Hace cinco minutos Rocío le había dicho a su mamá que tenía hambre y que no quería volver a comer otra vez sopa. Ángeles, víctima de violencia de género, con 3 hijas y trabajando horas sueltas limpiando casas del pueblo, se siente ya desbordada, incluso, ha tenido que dejar de limpiar para poder recoger a sus niñas del Colegio que llevan más de un mes sin Comedor. El dinero ya no le llega, la conciliación familiar es impensable y la pena que la ahoga sucumbe al dique del olor a cebolla picada. Esperemos que la Junta de Andalucía restablezca el servicio de Comedor que ha eliminado en 37 municipios de Jaén y que afecta a Ángeles y a dos mil familias más.

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