Sonará Mariúpol

    14 mar 2024 / 09:11 H.
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    Yun día, al escucharla, un pellizco sobrecogedor te hace preguntar por ella y los tuyos te cuentan que esta ciudad portuaria del sureste de Ucrania se hizo pentagramas estrenándose hace dos años. Y lees de este lugar que fue llamado así en 1779 en honor a María Feodorovna, esposa del duque Petrovich, aunque tú ves grabado en ella el nombre de otra María. Y te emocionas al conocer la historia que hay tras cada nota musical narrada, con la humildad que caracteriza a los grandes, por el propio compositor alicantino Rubén Jordán. Y suena la incomprensión por una guerra inútil, suena el dolor, la tristeza y la angustia. Suena la indignación por el asedio de armados desalmados, por el daño en un afán absurdo. Suena un quirie del siglo XV, una oración convertida en plegaria para todas aquellas almas víctimas del conflicto. Suena una marcha procesional y suenan con ella las grietas y fisuras del ser humano, los destellos de una cruz donde tiene cabida la entrega desmedida. Y sonará la belleza en el dintel y en el varal, en cada rincón de nuestras calles, en la cera derretida, en cada mirada suplicante bajo un capirote o bajo un palio. Sonará la vida, la música, sonará Mariúpol.

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