Sombras de parcialidad

16 dic 2024 / 09:14 H.
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Me refiero, como puede resultar obvio, a la parcialidad o imparcialidad de Jueces y Magistrados, en el desempeño de sus funciones. Para quienes, diariamente, formulamos peticiones de un juicio justo, solo cabe la negación de la parcialidad en esa tribuna. Nadie, inteligente que piense lo contrario, oficiaría en esta profesión. Pero, con el mismo criterio y determinación, deben de objetarse algunas disfunciones jurisdiccionales que constituyen como una sombra de la parcialidad: Máculas imperceptibles desigualdades, más en el inicio o recorrido del proceso que en sus resoluciones finales. Aunque sólo sea como tendencia, se constata la diversidad de criterios en la admisión a trámite de las denuncias penales, cuando los concernidos son personajes de la política. Lo cual, en ocasiones, se conecta a una vehemencia y/o rigor en la investigación instructora. Ni al mas desinformado justiciable se le oculta que en España existen, diariamente, cientos de filtraciones de asuntos penales que resultan impunes, dada la dificultad de identificar la autoría de esta infracción penal. Por ello, en mi modesta opinión, resulta escandalosa, la actuación del Magistrado del Tribunal Supremo D. Ángel Hurtado que mandó requisar los registros electrónicos del fiscal general de Estado, en lo concerniente al acceso de comunicaciones oficiales y personales del investigado. Es notoria, la desproporción de la medida que ha posibilitado al que existan filtraciones de la filtración investigada. El admirado maestro Sánchez Cuenca lo denomina “huelga de celo selectivo”, “y al citado profesor se debe esta reflexión; “El mismo celo se advierte en la investigación de BG, la celeridad con la que el Juez llama a testigos e imputa a quien han tenido alguna relación con la investigada, ni la exhaustividad con la que va abriendo distintas líneas de investigación... son habituales en nuestro sistema judicial”.

Se echa en falta que alguien de la misma autoridad que el Sr. Magistrado Hurtado no haya cuestionado las filtraciones que se dieron, desde gobiernos anteriores hoy ya perfectamente documentadas, con falsas acusaciones sobre los líderes de podemos y del independentismo catalán, con el propósito de perjudicar a formaciones políticas rivales. Y no hablamos de prevaricación o de uso torticero de la ley, sino de la necesidad de imponer unos niveles de exigencia que no se cumple, en casos iguales, dado que cualquier filtración es constitutiva de delito. ¿Acaso no se evidencia la desigualdad con que ciertos jueces-estrella afrontan las filtraciones, según provengan de izquierda o de derecha?. Prescindamos de circunloquios: existen un celo selectivo en nuestros Jueces más conservadores. Yo creo que todos los perjuicios que tiene que padecer la ideología sufridora, tendrá más adelante que soportarla la ideología dominante, para que se aplique nuestro refranero que es fuente de sabiduría: no apruebes hasta que pruebes o acaso lo que sigue al epígrafe justicia: “Que Dios la conserve pero que de ella nos preserve”.



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