Sintiendo la Navidad

    21 dic 2023 / 10:52 H.
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    Ya se oye tu compás de sonajero, en tus platillos la música se asoma, tu acento de metal es pregonero de idiófona manera, la percusión que entona y hace vibrar tu cuerpo de redondeada forma. Es tu cantar alegre y navideño, es tu sentir latido de alborozo, y a veces ese ritmo tan meloso cuando una nana suena, dejas lento tu canto, tu compás se hace tierno y na-cen en tus notas los bellos sentimientos.

    Ay el recién nacido ha cerrado sus ojos y el sueño del arrullo del sonido lo ha llevado a un momento dulce y quieto. Y la fuerte sonaja va apagando su eco, ya la noche ha venido bajo un manto de luna, que si miras al cielo se ha convertido en cuna. Y, ¿qué me dices, tú? Oh sonoro temblar de graves sinfonías donde la melodía es un seco susurro, y escuchando tu peculiar sonido se sabe que ha llegado Navidad, en tu oquedad se ocultan las notas y en tu vara sube la vibración a los sentidos. Oh qué especial acorde donde tiembla el sonoroso eco, tu cuerpo de cerámica o madera, qué alegres son tus cintas de colores sobre la inquieta vara donde suenas.

    Entre los instrumentos se escucha tu navideño son, entre cantares surgiendo como un sueño para adorar a Dios que ya ha nacido y viene a regalarnos con alegría su Cielo. No dejes de tocar y siempre ven con nosotros hasta el pesebre quieto y allí juntos cantemos oraciones y villancicos bellos. Tintín, tilín, tintín, tilín... ya se oye tu alegre canción de armónicos sonidos percibiendo el oído las dulces frecuencias acústicas que están acompasadas. Tus vueltas van dejando sus metálicos sones y en tus brillos el Niño del pesebre ha visto reflejado ese mirar moreno de sus ojos. Ay campanillas dulces, cantadles que vuestro son escucha y es un grato momento para sentir su bien.

    Es tu timbre estridente y metálico, es un ronco sonido tu compás de elevadas y fuertes sensaciones, eres la voz que se oye en las alturas donde el eco hace sonar con fuerza tu música que llama. Eres el pregonero sin palabras y en tu membrana dejas golpear a las baquetas que danzan sobre ti de diferentes formas y tu voz sonará fuerte o más lenta según ellas dejen su percusión sobre tu cuerpo.

    Y Jesús al oírte, sonreirá y allí todos cantando sintiendo Navidad.

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