Sin saber...

Hace poco, las locales, ya os dije que cuando leáis esto espero cosas. En este caso ocurre lo mismo. Vivir entre el pasado o el progreso es una elección fácil. Espero poder celebrar el hecho de seguir viviendo en una democracia que avanza y que no pierde derechos ni libertades. No sé lo que estará pasando cuando usted lea estas líneas, pero el caso es que las estoy escribiendo con miedo. Sí, ha leído usted bien. Las escribo con el miedo de no saber si lo que temo se ha hecho realidad y volvamos a los tiempos de censura y hambre selectiva. No sé si cuando lean estas letras estaremos celebrando la libertad o llorando por cubrirse el cielo de gaviotas y diccionarios obsoletos. La derecha, aun viendo en sus representantes entrevista tras entrevista sus mentiras y manipulaciones, tiene un halo de nostalgia que sorprende y que muchos, que se creen de clase media, cuando no son más que simples trabajadores que viven con lo que a sus líderes les supone las dietas de una semana, se han vuelto adeptos a esta corriente retrógrada, mentirosa y manipuladora. Pero el pueblo manda, o no, porque sin mayoría para gobernar también salen ocupantes de sillones pactando entre la derechilla y la derechona.