Sin hostelería, ni alegría

    18 nov 2020 / 16:29 H.
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    Los estamos dejando atrás, y esa no fue la promesa. Sostienen un amplio sector económico, laboral y social y ahora no pueden ni deben caer o a rebufo vendrán los proveedores. Esa maquinaria nos produce riqueza, de la material y de la inmaterial, esa que suponía ir a tu bar o restaurante favorito cuando daba la gana, encontrándolos ahí, para que tú disfrutaras de la vida mientras los días de fiesta los dedican a servirnos. Ahora no podemos quedar impávidos, son muchas las familias que de ello dependen, las medidas de ayuda han de llegar también aunque sea para asegurarnos que cuando podamos salir con normalidad ese espacio reservado al disfrute, la atención y el buen vivir esté esperándonos, porque si no a muchos los perderemos. No pueden seguir apretando los dientes tirando de sus despensas, porque estas se acaban como cuando se acaba el grifo de cerveza y te quedas con la boca seca creyendo que no habrá más mientras miras desesperado que salga por el pitorro el chisporroteo blanco de la espuma que anuncia el fin de tu sed. Ahora la sed es suya.

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