Símbolo Guardiola

Esto es solo un ejercicio de imaginación; quizás también de política ficción, combinado con una anónima predicción futbolística que empieza a circular en los corrillos de los aficionados. En efecto, puede parecer absurdo a priori defender una hipótesis que, sin embargo, en absoluto resulta del todo descabellada ni imposible. Me refiero a la de designar, en un futuro no tan lejano, como seleccionador nacional a quien se manifiesta por ahora y sin tapujos mediáticos como icono del independentismo catalán. Mérito no le falta desde luego en esa labor a quien en su momento defendió tantas veces la roja y se arropó con ella en momentos de éxito. Pero la propuesta encierra a su vez una fábula de mensaje constructivo en estos tiempos de fraccionamiento social y político. Dejaríamos de sospechar de su condición de mercenario oportunista, para reconvertirlo de nuevo en el símbolo de una oportunidad. Sería además y probablemente una decisión inteligente desde la que se transmitiría un mensaje en positivo para este país. La señal de que todavía es posible la reconciliación entre españoles a uno y al otro lado de la Constitución.