Siguen sucias nuestras calles
Por qué siguen las calles de Jaén tan excesivamente sucias? Entiendo que hay dos respuestas a esa pregunta. La primera respuesta es obvia y bochornosa. Porque los ciudadanos jiennenses las ensuciamos. Y entiéndanme el plural mayestático utilizado, a los meros efectos de cortesía, por lo tanto, sálvese quien pueda. El suelo de la vía pública lo utilizamos de papelera y cenicero. El lugar donde arrojamos todo aquello que no queremos tener en el bolsillo, bolso, coche o boca. Y así, vamos dejando nuestra huella, allá por donde vamos pasando, sin molestarnos en pensar que no debemos hacer en la calle, lo que no haríamos en el salón de nuestra casa. Los paquetes de caramelos, tabaco y de kleenex vacíos así como las colillas y pañuelos, son arrojados al suelo. Mismo lugar donde van a parar las
cáscaras de las pipas que comemos,
así como la mascarilla de turno que
se nos han caído al suelo. En este caso, tras superar el primer instante de
confusión que nos causa ver nuestra mascarilla en el suelo, y dedicarle el primer improperio que se nos viene a la cabeza, optamos por dejarla en el suelo, como si no existiera la opción de cogerla y depositarla en la papelera más cercana. Pero, para mí, lo
que más ofrece esa apariencia de desmedida suciedad a nuestra ciudad, son
esos chorreones de pipí o de alguna bebida arrojada en las aceras y esquinas
de edificios, que ennegrece toda la zona en cuestión. Por lo que respecta a la
segunda respuesta existente a la pregunta formulada al inicio de este artículo
de opinión, es que, las calles de Jaén están tan excesivamente sucias porque
la actuación, al respecto, de nuestro Ayuntamiento, no es suficiente, casi me atrevería decir que, nula. Si hay ordenanza que regula la limpieza de la ciudad, y la implicación que debe tener el ciudadano en este cometido, obviamente no se está aplicando. Y si no hay ordenanza en esta materia, ya es hora de que se apruebe una que nos
enseñe a cultivar el nivel de civismo
que necesitamos para cuidar lo que es nuestro y de todos.