Siempre tropezando

En España no vemos el progreso por ninguna parte. Y no lo vemos porque no lo hay. Ya nos gustaría decir todo lo contrario y poder fardar por Europa como país rico y poderoso, pero hay que ser realista, nunca se busca donde no hay. La más limpia realidad y hay que asumirla. Tiempos ha España brillaba, ¡pero hace tanto tiempo! La memoria se enmohece y se borra. Son tantos puntos negativos los que encontramos que nos perdemos en el intento. ¿Como se puede pagar la luz tan cara en un país de sol hirviente? Treinta años atrás ya se hablaba de paneles eléctricos, también de la energía eólica. Se trató el tema con tanta tibieza que apenas se notan los resultados, claro, los políticos tenían que pelear de sus cosas... Ahora salimos con muchos girones de la pandemia. Empresas desaparecidas y pequeños negocios, más paro, más carestía, la guerra en el norte de Europa nos llega de rebote con carencia de cereales, gas y una abultada inflación. Los sueldos no suben al mismo compás y los ancianitos siguen con sus pagas de hombre. Solo atinamos a decir: no, no y no.