Sexismo+político=tormento perfecto

    08 oct 2024 / 10:04 H.
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    Quién, llegada a cierta edad, no ha dicho alguna vez: por mi puerta pasarás, sentencia que en medio de una turbulencia alzaría sensatez, clarificando que a mayor edad más cierto el acierto y que de no considerar tales palabras el destino se encargaría de procurarle perpetuidad al proverbio. De natural era que en el instante de pronunciarlo se impusiera el buen juicio para no dar la ocasión al sino, pues podría aparecer con refacción. Sin embargo, en este punto evolutivo que nos encontramos, hasta el honorable carpe diem se tunea y nuestra susodicha máxima huele a pólvora mojada. Qué mujer no soñó que, a la llegada de las canas, presenciaría las últimas boqueadas del machismo. Pues, lamentablemente, también aquí hay involución, sufriendo a diario un aumento de los malvados ismos en un tipo de hombre, digamos a medio hornear, que corrobora la teoría de los vasos comunicantes entre individuos que paralizan la igualdad. Pero la ley de Murphy también cuenta en esta cuenta, añadiendo un tercer sumando cuando te encuentras con un tipo que, a más inri de lo susodicho, es el alcalde del pueblo de al lado.




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