Ser andaluza

    02 mar 2024 / 10:05 H.
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    La primera vez que salí de Andalucía fue en un viaje de formación a Madrid. En un mismo curso coincidimos gente de toda la geografía española. De eso hace más de treinta años y, entonces, apenas se hablaba de desarrollo local en la provincia de Jaén. Creo que fue allí, en ese encuentro, donde tomé conciencia de que era andaluza. En cuanto abría la boca y decía dos palabras me lo notaba todo el mundo. Y yo que pensaba que no tenía acento, que eso era cosa de los gaditanos y los sevillanos, que perfectamente podría pasar por alguien de la meseta. En esa época, no tenía muy claro lo que significaba ser andaluza, ni el papel que la Junta de Andalucía podía jugar en nuestras vidas; recién salida de la universidad, para mí era un lío el que hubiera tantas administraciones, y no distinguía bien una de otra. Me gustaría decir que, pasados tantos años y tras una larga experiencia gestionando subvenciones públicas, se me ha aclarado el horizonte, pero no es así. No termino de comprender que una administración que debería ser cercana, me siga pareciendo tan lejana e inaccesible y que sea tan injusta con la provincia de Jaén. Sí, soy andaluza, pero tengo la triste sensación de que algunos andaluces tienen más derechos que otros.

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