Sensibilidades

Creo que me van a hacer un “examen” para ver cómo trato a mi perrita. El hecho se deriva de la actual ley de bienestar animal. No es serio, contesto, pero me reiteran que es así, que no todos los animales domésticos están bien tratados por sus, hasta ahora, llamados “dueños” o personas con quienes conviven. Es verdad que los hay muy brutos y pagan con gatos y perros sus movidas personales. Hace unos días, en Jerez, un energúmeno mató a puntapiés a un perro que se le cruzó por delante. Pero es un caso aislado, en general los españoles queremos a nuestras mascotas, a veces en exceso —peluquerías vestidos, lacitos— cuando lo que ellas nos piden es lo mismo que nos aportan, lealtad y cariño. ¿No sería más humano dar de comer y vestir a los niños pobres que humanizar tanto a las mascotas? Y pedir a los animalistas que no desperdicien sus energías llorando ante un camión cargado de cerdos, porque los llevan al matadero o porque les dan mal de comer y no tienen las mismas condiciones de vida de las mascotas —es decir, duchas, colonias, paseos, etcétera—. ¿Acaso carezco de sensibilidad si pienso así o porque como chorizo ibérico, jamón de jabugo y conejo? Me lo voy a pensar y luego quizás me vuelva vegana de por vida. Difícil lo veo, pero casos se han dado. Y lo del perro, que vengan a pedírmelo.