Señalización igualitaria

17 jun 2016 / 10:15 H.

Uno, que es ignorante en casi todos los aspectos de la vida, también debe mostrar humildad en asumir una presunta incapacidad en esos terrenos donde la inteligencia divaga entre no sé qué tremendas “filosofías”, que ahora se conviene en llamar “lo políticamente correcto”. Todo ello para mostrar mi perplejidad frente a los semáforos de nuestra capital jiennense en los que aparece un icono con falda, entiendo que con la pretensión de mostrar una señalización igualitaria, feminista y quizá con un mínimo atisbo de dar el sitio que le corresponde y correspondió siempre a la mujer de hoy, pero flaco favor se le hace con tal exhibición caricaturizada de la peatona señalizada pues se cae en el error de rozar lo ridículo y lo circense —empleo los término con la pretensión de ser generoso en conceptos no hirientes— ya que si lo que se persigue es enmendar los crasos errores en el terreno de la igualdad, mal llamada de “género” —dicho sea de paso—, se redunda en lo estereotipado retornando a la absurda e ineficaz espiral de lo inamovible y socialmente admitido con carácter inmutable. Vamos a ver, para esas avezadas mentes, sin duda más preclaras que las de este humilde servidor: si se pretende igualar a hombre y mujer, ¿no sería más conveniente un icono neutro, ¿no ven ustedes, ideólogos e ideólogas del disparate que las mujeres en una sociedad moderna no tienen por qué llevar falda ni melena?, ¡que así no se lucha en favor de la mujer!, ¡qué la lucha hay que hacerla igualando sueldos, liderando puestos hasta ahora ofertados a hombres, defendiendo sus derechos frente al mal trato, y un largo etcétera! Que sí, que Jaén no es pionero en este tipo de señalizaciones, que también las hay en Valencia, ahora en Córdoba y en otros pocos sitios más, pero muchas de las mujeres que conozco —y en mi profesión estoy afortunadamente rodeado de ellas— no crean que ya se parecen a este “monigote”, optan por el vaquero, por el pelo corto —más cómodo para no pasar calor— y abogan por la igualdad, sí, pero la de verdad, no las del paripé social o la que las hacen retroceder a la muñequita de los baños de señoras a diferencia de los de caballeros. ¿No ven que eso ya está pasado de moda?