Selección natural

14 sep 2021 / 16:58 H.
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La selección natural es hoy un concepto medio ambiental que no garantiza la supervivencia de seres vivos en vías de extinción. Los factores ambientales que influyen en su desarrollo y supervivencia, están eliminando a aquellos seres vivos que, por una circunstancia u otra, no han podido adaptarse al entorno natural al que pertenecen. En la selección natural de Darwin, solo sobreviven los más aptos en el proceso evolutivo, pero aquí y ahora, en pleno siglo veintiuno, hay gente que fallece por el efecto de temperaturas extremas, la salud se resiente gravemente por la intensidad y la duración de olas de calor que influyen en el índice de mortalidad. El riesgo de incendios en el planeta, está siendo de los más elevados de las últimas décadas y se están produciendo a lo largo de canículas en las que se están superando episodios de calor que acarrean el riesgo de producir un enjambre de incendios devastadores y descontrolados que asolen los hábitats de una naturaleza que está siendo atacada por un calentamiento climático provocado por la acción irresponsable de quienes no deberían eludir tal irresponsabilidad. Las próximas generaciones, no verán la devastación del planeta como un episodio esporádico, sino como un castigo a la actividad humana que se empeñó en aumentar su poder de destrucción: Deshielo de los polos, largas sequías y unas inundaciones cada vez más frecuentes por la subida del nivel del mar. El instinto de supervivencia se enfrentará a hambrunas y migraciones millonarias de refugiados climáticos. Todo el que viva en zonas tropicales, o en ciudades situadas por debajo del nivel del mar, está abocado a sufrir desastres naturales nunca vistos. La gente que defiende sus intereses económicos y niega el cambio climático, no tiene intención de actuar de forma contundente contra fenómenos meteorológicos devastadores. Las especies animales, incluida la humana, ponen a prueba su capacidad de supervivencia y el reto de no ver el final de las mismas. Ya hay gente rica preparando viajes al espacio y lujosos búnkers alejados de fallas que puedan tragarse continentes enteros. Pero quienes carezcan de recursos económicos, se las verán con la escasez de agua potable y con inauditos desastres naturales. El mundo debería prestar atención a la Conferencia del Clima de Glasgow para ver si se toman decisiones drásticas, pues no hay tiempo para contemporizar. Estamos destruyendo el planeta y parece que solo nos preocupa hablar de cosas que no pueden resolver los problemas climáticos que nos acucian. ¿Irónico no? ¿No sería mejor labrar una tierra fértil en un clima templado?

Siempre se ha dicho que, a grandes males, grandes remedios, pero cuando la situación es irreversible, la cadena de suministros se vuelve tan incierta, que condicionará la supervivencia de las ciudades. Ya no es posible atenuar el cambio climático, no es posible estabilizar las temperaturas extremas, aunque se frene la quema de combustibles fósiles. La actividad humana se mueve de modo inverso al retroceso de los glaciares; de la banquisa del Ártico que pierde superficie helada; de la subida del nivel del mar; de las olas de calor o de otras formas que están afectando a numerosas regiones del planeta, donde las condiciones de vida se agravan cada año. “Un día soñaremos con vivir en armonía con la naturaleza”.

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