Segunda oportunidad

15 mar 2016 / 17:20 H.

Dar una segunda oportunidad es propio del ser humano, como tan humano fue quién dijo “quién esté limpio de pecado que tire la primera piedra”, y, seguramente, nadie podríamos tirarla porque todos llevamos una mochila a la espalda. En este caso, quiero hablar con todo mi cariño de Diego, un chico joven con una mirada limpia a base de lucha, de apoyo familiar para ser la nueva persona que es hoy. Pero el destino, por ser como es, a veces te trae malos tragos, y este joven cuando tiene una vida nueva ha entrado en prisión por el hurto de una bicicleta. No han valido recursos, ni demostrar que es una persona nueva, con propuestas de trabajo del propio Ayuntamiento de su localidad, con una familia que se desvive por él y el gran apoyo de su novia, todos juntos han conseguido llevarlo por el buen camino y, ahora que este niño se merece vivir la juventud que le acompaña, paga algo que pasó hace años. La letrada que subscribe a veces se avergüenza de nuestro sistema judicial, o de nuestras leyes, porque lo justo es justo y lo injusto, igual. Hoy me criticarán de muchas formas porque ¿cómo puede una abogada decir esto?, pero la verdad es la verdad y Diego se merece una segunda oportunidad.