Se vende vida

    20 ene 2023 / 17:40 H.
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    Un día, hace tiempo, cuando acompañaba a mis hijos al conservatorio de Alcalá La Real, vi un cartel que llamó poderosamente mi atención: “Se vende vida en perfecto estado”. En realidad, la palabra escrita en aquel papel no era “vida” sino “viola”, pero la caligrafía apretada daba lugar a confusión. En ese instante, mi cabeza empezó a formular preguntas: ¿realmente existen vidas en perfecto estado? ¿Hasta que punto cuidamos de nuestra existencia? Casi todas las vidas están repletas de surcos, de arañazos, de cicatrices en el alma imposibles de borrar. Los problemas familiares, las preocupaciones del trabajo, las personas que fuimos dejando por el camino, los seres queridos que se marcharon para siempre son heridas que transcienden, que no se ven a simple vista, que guardamos en lo más profundo de nuestro ser, ocultas a los demás. Pero están ahí, marcando nuestra personalidad y nuestros actos, son vestigios del pasado que nos condicionan el futuro. Aún así, olvidamos que la salud empieza por nuestro bienestar mental, que lo importante es lo que somos, no las cosas materiales que atesoramos. En este frío mes de enero, pasado ya el lunes más triste del año, me reafirmo en mi teoría: no hay vidas en perfecto estado.

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