Se veía venir

Yo, que no soy experto en el tema, veía que tarde o temprano a Jaén le ocurriría lo que le está ocurriendo y a lo que ninguno de nuestros “brillantes” políticos que nos han gobernado desde la Plaza de Santa María han puesto remedio en muchos años. El centro de la ciudad, el corazón de Jaén, se está muriendo. Las causas son múltiples, pero se puede resumir en que muchos organismos oficiales, esos que mueven a mucha gente, los han ido trasladando a los barrios nuevos. En el centro no hay ni rastro de la Universidad de Jaén, con todo lo que ello mueve, y en breve el Conservatorio de Música y la Ciudad de la Justicia, darán la espalda al centro. Los centros comerciales han hecho que muchas de las tiendas del centro empiecen a cerrar. Lo único que malvive, y no en todos los casos, son los bares y terrazas, pero si no hay movimiento de comercio y otras actividades en esa zona, la restauración se verá también perjudicada. Jaén ha crecido como ese hijo que no quiso saber nada de sus padres. A su aire, sin nadie que lo guíe, que lo mime, que lo cuide, que lo eduque. Llegará el día en el que el hijo quiera volver junto a su padre, pero ya será tarde. Ya es tarde.