Se trata de vivir

No sé muy bien si queda algún mal por anunciar para el próximo otoño, pero amén de la permanente crisis económica, por una causa o por otra, la inflación, los incendios, la guerra, el covid, el virus del mono, el desabastecimiento, la falta de energía y unos mil demonios más, la gente ha decidido tirarse a la calle: a las piscinas, a las playas, a las ciudades turísticas, a los aeropuertos......Y a mi me parece perfecto. Después de dos años de pandemia viendo morir a seres queridos de modo antinatural, reclusiones, incomunicación, aislamiento, etc., pues es natural que la mayoría tenga sed de normalidad. Tomarse unas cañas, unos pinchos con los amigos, unos cafés en las terrazas, es un ansia legítima y una realidad cuando nos deja el último demonio: “las olas de calor”. Yo celebro que en Julio se hayan superado los excelentes datos turísticos de 2019 y estoy seguro de que en Agosto seguiremos haciendo historia. El pueblo ha vivido durante dos años una tristeza sin límites, y a poca normalidad que haya, hay que celebrarla. Vengan bodas, bautizos, comuniones y aniversarios. Hay que vivir y disfrutar. Feliz Verano a todos.