Se regalan becas

Finaliza el mes de junio y con él las dichosas graduaciones. Hoy en día, graduamos a los niños por casi todo; cuando terminan Infantil, cuando terminan Primaria, cuando terminan Secundaria, cuando terminan Bachiller y cuando terminan la Universidad, independientemente en muchos casos de las calificaciones que hayan obtenido, por lo que la graduación pasa a ser un acto social más, y no un reconocimiento al esfuerzo y al trabajo bien hecho, como en teoría debería ser. Se imponen becas a diestro y siniestro a niños y a niñas que lo más notorio que han hecho ha sido faltar al respeto continuamente a los profesores y no abrir un libro durante el curso, pero claro, el día de su graduación, hasta sus padres se sienten orgullosos de la criatura que en las redes sociales posan con su correspondiente beca y comentarios del estilo: “Orgulloso de mi Darío”, o “Te quiero, Débora”, obviando que, días antes, el tal Darío y la tal Débora, además de no dar un palo al agua, han hecho méritos más que suficientes como para ser expulsados una temporada por su falta de respeto hacia los docentes. Pero eso, ¿a quién le importa?