Se escapó el gato

    03 may 2021 / 11:07 H.
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    El riesgo que supone dejar una puerta abierta en una casa actualmente puede ser importante. Dependiendo por supuesto de los miembros y animales que puedan habitar en la casa; y como no, de las pertenecías, el valor o el afecto que puedan tener las cosas que se encuentren en ella. Está claro que sería de padres irresponsables dejarla abierta si tienen niños pequeños, o animalillos ante el temor de, por el grado de inmadurez e irresponsabilidad que tienen, puedan salir solos con lo que supondría un peligro para ellos mismos y un disgusto muy grande para los propios padres hasta que los encuentran y comprobar que están en perfectas condiciones. Si suponemos que no hay niños, pero tengo una casa muy bonita y bien cuidada porque me he preocupado y esforzado por tenerla así, y la dejo abierta, cualquier alma no bien avenida puede echarle el ojo, bien a llevarse todo lo que encuentre, o bien destrozar todo lo que he procurado tener dignamente para estar a gusto en ella con el esfuerzo que me ha supuesto. Pues bien, señores padres dirigentes, y habitantes de este planeta, seamos plenamente responsables en establecer normas de conducta si decidimos dejar la puerta abierta, sobre todo teniendo en cuenta que en ella habitamos todo tipo de seres racionales e irracionales muchos de ellos con memoria de pez.

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