Santi, patrimonio jiennense
En mitad del bombardeo electoral pocas cosas resultan tan refrescantes como irse al teatro. Bocanada de aire fresco, espejo invertido de la cruda realidad, ver cómo salen 300 personas satisfechas de una función, saciadas de sonrisas, se agradece. Pueden preguntarlo en Peal de Becerro, por donde acaba de pasar Santi Rodríguez con su última propuesta escénica: “Como en la casa de uno... en ningún sitio”. Llegar, actuar, y convencer, esa es la cuestión. Santi se gana en cada función el reconocimiento, la simpatía y el cariño unánime de la gente. A base de nobles ingredientes: un guión sólido, muy trabajado. Añádase una dramaturgia bien elaborada, los efectos sonoros y visuales precisos, el apoyo videográfico oportuno, y una enorme generosidad sobre la escena, a la altura de los grandes shows de Pedro Ruiz o Carlos Latre. Dos horas sobre las tablas, y un emotivo encuentro final con cuantos espectadores se le acercan en Madrid, Torreperogil, Barcelona, A Coruña, Valladolid o Valencia.
Va para un año que el actor jaenero pasea por España este montaje a ratos político, por momentos surrealista, a veces escatológico, culminado con un emotivo discurso final de corte chapliniano. Pa quedarse boquiabierto. Santi Rodríguez ha crecido mucho en la última década, muy por encima del vaivén de la actualidad televisiva. Y no lo digo porque ejerza de jiennense este enorme animal escénico, tan capaz de enganchar al público maduro como al adolescente. Con el talento, la risa y la sátira como poderosísimas armas. La corrupción, la familia real, Pujol, el independentismo... pasan por la lúcida trituradora de Santi, no exenta de ferocidad, pero a este lado del buen gusto. Tal equilibrio requiere la madurez creadora, el ingenio y la autoexigencia. Dado que a ello se unen la bonhomía, la vocación solidaria y su disponibilidad para las buenas causas, se me antoja de justicia reconocérselo el próximo 18, acudiendo al Infanta Leonor. Para demostrarle que nuestro cómico se ha ganado de sobra la consideración de Patrimonio Jiennense. ¿Inmaterial? Habrá que preguntárselo a Santi.