Santa Soledad

    14 abr 2020 / 16:25 H.
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    De normal, la calle Madre Soledad Torres Acosta de Jaén está más que concurrida. Lleva el nombre de una mujer santa para la Iglesia. Bibiana Antonia Manuela, para el siglo XIX, Manolita en casa, es desde pequeña gran devota de la Virgen. Con 25 años, funda, junto a otra media docena de mujeres, la Orden de las Siervas de María Ministras de los Enfermos. Será también la primera superiora de una orden que nace con un único fin: “El cuidado de los enfermos en asistencia esmerada, gratuita y preferentemente a domicilio”. Las siervas de María se van expandiendo por el país. En 1887 llegan a Jaén cuando el cólera es una epidemia nacional. Son acogidas temporalmente por Bernabé Soriano y su esposa. Hasta que se instalan en la que fuera ermita de San Antonio. El empeño de la Madre Soledad es que sus hermanas reciban formación sanitaria desde que son novicias. Muere a los 61 años sin ese sueño cumplido. Sus sucesoras se encargarán de llevarlo a cabo: en 1915, las mujeres consiguen poder estudiar enfermería. Gracias a la Madre Soledad y a sus siervas de María Ministras de los Enfermos, en esta pandemia, no nos faltan manos, inteligencias y cuidados.

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