Salvemos a la India

    11 may 2021 / 11:38 H.
    Ver comentarios

    Si hay un lugar que, cuando se visita, encoge, y a la vez agranda, el corazón por sus fuertes contrastes, es la India. La miseria, los hedores, se contraponen a su espiritualidad, belleza y la riqueza excesiva de un país que cuenta con industrias de cine, farmacéutica, festivales literarios, musicales... Y una cultura religiosa y filosofía de vida que sobrecoge, como lo hace la belleza y dignidad de las mujeres, la alegría de los niños, la religiosidad; y las aglomeraciones de Bombay, Jaipur o Benarés. Son la cara y la cruz de una misma moneda que hace más atractivos, pero a la vez más vulnerables a sus habitantes. “La pobreza —decía Ghandi— es la peor forma de violencia”. Millones de personas deambulando a diario por sus calles, por sus templos, por sus lugares sagrados —Benarés impresiona— han sido atrapados por la pandemia que, si asola al primer mundo, en la India el azote está siendo brutal: cuatrocientas mil personas se contagian al día; mueren más de tres mil. Las imágenes son horripilantes: faltan medios, hospitales... Su desolación no es aislada, nos concierne a todos, como humanos, pero también de manera egoísta como población conectada indefectiblemente. Ahora India nos reclama solidaridad. Por eso jiennenses, andaluces, españoles: Salvemos a la India.

    Articulistas