Rubiales, no te olvido
En todo este tiempo no he opinado, pero ahora, que la tormenta ha pasado a llovizna, me da la gana de hablar. Señor Rubiales, tiene usted la misma vergüenza que una piedra. Tras escuchar sus declaraciones, vomitivas, que todo hay que decirlo, mentir de la forma tan descarada en que lo hizo y hablar de esa forma de tan asquerosa de un poquito más de la mitad de la población, solo tengo que decir, que me revuelve las tripas su impunidad. He visto el vídeo tropecientas veces y no veo eso que usted dice de que ella se acerca, porque yo veo que se abrazan y usted coge la cara de ella con sus manos y la acerca a su boca. Dicho lo que todo el mundo vio, paso a lo siguiente. Si ella en ese momento no reacciona como reaccionó dos días después es simplemente educación patriarcal. Si en el autobús se mofaban las chicas de la selección de la situación, podría ser que hubiera un “terreno cultivado”; es decir, que se hablara ya del baboseo de su persona entre las jugadoras. Si usted la caga, usted la paga, no eche mierda a una mujer y de paso a todas las mujeres que siguen sufriendo ese acoso y derribo por no haberle dado a usted una patada en la entrepierna en el momento oportuno.