Rompiendo floreros
A pesar de que no siempre destaca la presencia de la mujer en los actos públicos de la provincia, cabe decir que son muchas las que podrían representar y abanderar los intereses de Jaén. Como en el resto del mundo, los espacios de poder suelen estar liderados por hombres, de ahí que, gran mayoría de dirigentes políticos, altos cargos de organizaciones empresariales o representantes institucionales, también lo sean. Es una evidencia palpable que las mujeres reciben menor reconocimiento por sus logros, asignándoles un papel secundario sujeto a unos patrones cuya transgresión comporta sanciones. Hoy en día puede resultar muy difícil ser mujer y tener aspiraciones, pues vivimos en una sociedad en la que ascender en la pirámide corporativa de una organización o de un grupo, puede llegar a ser toda una odisea por el simple hecho de ser mujer. El sesgo de género al que la mujer es sometida pasa por subestimar su rendimiento e infravalorar su potencial, de ahí la brecha salarial que padece y que pese a ser denunciada públicamente todos los años, no acaba de erradicarse. Como dijo Carmen de Burgos: “La mujer no puede continuar siendo una masa inerte al lado de la actividad social masculina”.