Risas (II)

    22 abr 2025 / 09:16 H.
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    Hablábamos de risas en el anterior artículo, y quedábamos en hacerlo en este de los que no se ríen nunca. El ejemplo clásico romano más conocido es Marco Licinio Craso (II a.C.), aunque en puridad sí llegó a reír en una ocasión, que tiene cierta similitud con las que mataron de risa a Crisipo y Filemón y que vimos en el pasado artículo. “Pero esa única excepción”, dice Cicerón, “no impidió que lo llamasen agelastos”, es decir, el que no se ríe nunca. Había un oráculo en Grecia, el oráculo de Trofonio, ubicado en una cueva, del que la gente salía con una expresión de seriedad sobrecogedora debido a lo que allí dentro había experimentado. Llevaban entonces al individuo a un trono llamado de Mnemósine (“memoria”) para contar lo visto y aprendido, y después a un edificio donde ya había estado antes de estar listo para visitar el oráculo. Según cuenta Pausanias, que no habla de oídas porque estuvo él mismo allí, todavía el sujeto está “preso del temor e inconsciente todavía tanto de sí mismo como de los que están cerca”. Después, añade, “recobrará todas sus facultades y le volverá la risa”. Es verdad que se cuenta de un tal Parmenisco cuya pérdida de la capacidad de reír parecía permanente (lo que lo obligó a consultar el oráculo de Delfos, de oráculo en oráculo iba este tipo), pero luego acabó riendo. Sin embargo, parece ser que existía también la idea de que quien salía de esa cueva nunca más volvía a reír, como puede leerse en Feijoo.

    La palabra griega agelastos la utilizó Rabelais, quien desconfiaba de quienes no reían y cuya literatura es alegre y divertida. Acuérdense en este sentido de aquel monje medieval de El nombre de la rosa y su campaña contra la risa. Esa magnífica novela está tan vinculada al asunto que nos ocupa que ya he oído en más de una ocasión llamarla El nombre de la risa.

    Pero no cerraremos el tema quedándonos con el mal sabor de boca que la gente seria y sombría nos pueda provocar, sino contando unos chistes con la solera que los siglos otorgan.

    Recurriré a la recopilación de chistes de la antigüedad llamada el Philogelos (“amante de la risa”). “Un lumbrera, un calvo y un barbero que iban de viaje acamparon en un lugar solitario. Acordaron que cada uno de ellos se quedaría despierto en turnos de cuatro horas para proteger el equipaje. Cuando le tocó al barbero hacer la primera guardia, para pasar el rato le afeitó la cabeza al lumbrera y, terminado su turno, lo despertó. El lumbrera se rascó la cabeza al despertar y se encontró con que no tenía pelo. ‘Pero qué idiota es el barbero —dijo—. Se ha equivocado y ha despertado al calvo en vez de a mí’”. Aclaremos que el calvo es una figura cómica muy socorrida para los romanos y que la del lumbrera protagoniza muchos chistes de esta recopilación. ¿No nos recuerda también la estructura del chiste a la de aquellos que comienzan hoy con “un francés, un inglés y un español...?” Otro con el mismo personaje del intelectual falto de sentido común dice así: “Un lumbrera se cruza con un conocido y le pregunta: ‘¿Quién murió, tu hermano gemelo o tú?’” También hay chistes de leperos de la época, que eran los de Abdera (también los de Sidón y Cime, todas ciudades del Mediterráneo oriental). Ejemplo: “Un hombre de Abdera, al ver a un eunuco charlando con una mujer, preguntó a otro si era la mujer del eunuco. Cuando el otro hombre comentó que un eunuco no podía tener mujer, él dijo: ‘Entonces será su hija’”.

    Los chistes son como monedas que intercambiamos y que se metamorfosean poniendo como protagonistas a quienes más nos conviene. Hasta mi infancia llegó uno que tenía como personaje principal a Quevedo, pero ya en época de Feijoo (siglo XVIII) se contaban chistes sobre él, como aquel en el que, estando en un corrillo y viendo cómo se burlaban los demás del tamaño enorme de su pie, dijo que había allí otro mayor. Los demás se observaron los pies y, como vieron que todos eran menores, le dijeron que mentía. En absoluto, respondió Quevedo, y sacó el otro pie, que tenía apartado y que, en efecto, era más grande.



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