Rifas
de putas

Que parezca casi normal, al menos si echamos mano a informativos y periódicos constatamos que no ha sido muy noticioso, que en un cuartel del ejército español se monte una rifa cuyo premio es pasar un rato con una prostituta, da idea del descontrol que hay tras los muros de los acuartelamientos. Y lo peor del caso es que dicho, miserable y reprobable, acto se ha conocido por una filtración, no porque quienes deben ser garantes y vigilantes del buen hacer y estricto cumplimiento de las normas hayan atajado de raíz tan lamentable hecho. Este caso no es mera anécdota, la impunidad parece ser norma en muchos acuartelamientos militares y en muchas comisarías de España. Yo mismo he visto a policías lucir símbolos prohibidos e incluso que atentan contra las más elementales normas democráticas. Lo ocurrido en el acuartelamiento del Bruc ha sobrepasado las más elementales pautas y reglas de respeto a los Derechos Humanos. Si se sigue siendo blando con según que cosas, no tardaremos en lamentarlo. La democracia no se sustentará “per se”, hay que cuidarla, mimarla y hacerla valer.