Remembranzas

16 oct 2023 / 09:35 H.
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Como escribe Fernando Pessoa en su “Libro del desasosiego”. “¿Viajar? Para viajar basta con existir. Voy de día en día en el tren de mi cuerpo, inclinado sobre las calles y las plazas, sobre los gestos y los rostros, siempre iguales y siempre diferentes, como son los paisajes”. A nuestro lado transitan personas, también como nosotros, que conducen su impronta más interiorizada hasta lograr ese furtivo cruce visual que trasciende la realidad de cada una, sutilmente escondida tras el oportuno maquillaje. Solo el paisaje nos trasciende con su versatilidad, cuya verdad tratan de quebrar una legión de estúpidos, escondidos en un concepto de positivismo relacionable con esa parcela de percepción de posverdad envuelta en celofán caminando al amparo de algún organismo oficial que, sin embargo, en ningún caso debería tratar de suplantar la calidez e intimidad de la ciudad que, siguiendo las pautas de Homero, abandonamos para regresar nuevamente al lugar preciso de Ítaca, lo que no es otra cosa que el rencuentro con nuestra verdadera habitación. Pues, para Kavafis, alma gemela de Pessoa: “...la vida que aquí perdiste, la perdiste en toda la tierra...”.

Tal es el caso de Don Pablo Martin del Castillo (Valladolid, 1899, Jaén, 1963), cuya memoria tiene que ver con la perdida de sus tierras originarias, pero también con el encuentro de esta ciudad. Aquí perdió una parte de su vida, más no es menos cierto, que supo hacer suya otra de muy crecidos kilates de respeto, conseguido a través de su cabal conducta ciudadana y docente, cuyo recuerdo y presencia se me acercan ahora doblemente. De un lado, sus obras; cierto que escasamente reconocidas por parte de quienes más obligados deberían estar si deseasen configurar la memoria cultural de la ciudad; de otro, la remembranza de aquel excelente profesor para quienes fuimos sus alumnos en la Escuela de Artes y Oficios y quienes recibieron también su enseñanza impartida en el Instituto Virgen del Carmen. Don Pablo, se ocupó también de custodiar las obras de arte que nutrieron el núcleo central del Museo de Bellas Artes, afanándose de modo particular a la hora de tratar de revertir el edificio, a la sazón ocupado por el ejército, a su anterior función. Maestro incuestionable del que, a mayor perplejidad, el Museo provincial no conserva obra alguna de su mano y, que yo sepa, tampoco la Universidad. Su referencia de pintor solo es contemplable mediante el mural realizado sobre el Ábside de la capilla de nuestro Seminario conciliar, algún retrato en colecciones particulares, las tres notables piezas del Excelentísimo Ayuntamiento, y el soberbio conjunto de obras, de su mano aunque sin firmar, conservadas en la hoy Escuela de Arte “José Nogué”, mas, como recuerdo nuevamente, ninguna en el Museo del que, a propuesta de Isaac Usano Massot, fue director desde el día 30 de mayo de 1941, hasta el 9 de junio de 1958. Diecisiete años de brega para poner el edificio en disposición de cumplir su anterior uso, aplazado hasta 1977, fecha desde la cual, giennenses y foráneos pueden remansar y educar su mirada a través de sus cuidadas colecciones. Cierto, también ha de ser destacado aquí, que fue en el museo, precisamente en su museo, a la sazón dirigido por José Luis Chicharro y esponsorizada por la entonces Caja de Granada en el marco de los Premios Literarios “Ciudad de Jaén” convocados por la citada entidad financiera, donde, entre los días 1 de octubre y 28 de noviembre de 1999, se celebró una muestra antológica del maestro de quien, esto es lo medular, tras la inicial gestión de adquisición con la familia, el museo aún continua ayuno de obra alguna de este artista vallisoletano procedente del Instituto de Zafra, Badajoz, hospedado en el “Hotel Rosario” hasta formar familia en la casa contigua al citado Hotel. Así se desprende del documento facilitado por doña Felisa Lería Mackay nuera de Diego Sánchez Acosta, por aquellas calendas, catedráticode Física y Química del Instituto de la ciudad, ejemplarmente representado en el retrato pintado por Martin del Castillo que ilustra la presente entrega de Diario JAÉN. Hotel mítico, ciertamente, donde en años que corresponden al Jaén republicano tuvieron domicilio personas con significación en la ciudad, pero también después, entre ellas, las que figuran a continuación según el orden dispuesto en el documento más arriba citado, emitido por la Dirección General de Seguridad: Rafael Porlán Merlo, Secretario del Banco de España, lleva 4 años en Jaén; Diego Sánchez Acosta, Catedrático de Fisica y Quimica del Instituto de esta Capital; Pablo Martin del Castillo, Profesor de Dibujo en este Instituto, lleva un año en Jaén; Antonio María Sánchez Sánchez, Arquitecto Municipal, pertenece a la DECA, lleva 10 años en el Hotel; José Cremades Cremades, Jefe de Montes de la Provincia, lleva en el Hotel viviendo con su mujer cuatro años... Por lo demás, cuatro de las personas aquí citadas, en posesión del carnet de UGT; con el de FET, la otra.

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