Regresar a lo social

31 dic 2017 / 00:26 H.

Este año (aprovecho en el nombre de Julio y en el mío para desearles lo mejor para el año que entra) ha sido especialmente duro para la población española, la sequía, la falta de horizonte en una crisis que se ha enquistado, la violencia machista, la corrupción del PP, el regreso de Sánchez al PSOE de una manera poco creíble y, sobre todo, la cuestión de la ruptura catalana, un varapalo para nuestra democracia y donde las instituciones del Estado se han comportado de manera desigual y sin mucha perspectiva de futuro. Esto no significa ni que el relato se haya contado bien, ni que solo se pueda acometer desde la tragedia. Es obvio que no se puede declarar la independencia por creer que se tiene derecho a ella, sin más, ni que el Estado puede actuar en el último minuto sacándose la carta de la fuerza de la ley. El titubeo permanente de los dos grandes partidos lo han pagado en votos y sobre todo en falta de credibilidad. Y el horizonte de lo que se presenta es incierto y complejo, exigirá mucha imaginación a nuestros políticos, y lo que al día de hoy tendrían que hacer es ponerse a negociar un futuro real, que atienda a la minorías, que rescate a este país de su desencanto y permita la convivencia por encima de cualquier otra cosa. No hablo de deseos para el nuevo año, hablo de los mínimos con los que construirnos como sociedad.