Refugios climáticos

04 jun 2025 / 09:02 H.
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Las personas de Jaén siempre hemos sabido como protegernos del sol y sortear las altas temperaturas del verano. Aprendimos de los árabes a construir terrazas, patios frescos y aislarnos con el granito y la cal de los abrasivos rayos del sol. Todavía tengo en los mejores recuerdos de mi infancia vilcheña, las siestas en los “camastros” al fresco del patio o las noches en la terraza durmiendo bajo las estrellas de julio y agosto, buscando siempre los meteoros fugaces para pedir un deseo.

Sin embargo, el cambio climático está convirtiendo nuestro querido sur en una suerte de calor extremo, del que hay que protegerse con mejores instrumentos. Según la OMS cada año mueren aproximadamente medio millón de personas a nivel mundial por calor extremo. De ellas unas 175.000 en Europa y de todas estas cifras, la mayoría son personas mayores. Sólo en Andalucía murieron al menos 500 personas mayores el pasado año, como consecuencia del impacto de las altas temperaturas. Desde hace años la Fundación HelpAge International viene denunciando que las personas mayores son especialmente vulnerables a las olas de calor y otros fenómenos climáticos extremos debido a una serie de “multiplicadores de riesgo”, que agravan sus condiciones de vida y su salud. Entre estos factores influyen las malas condiciones de sus viviendas, que en muchas ocasiones no cuentan con buenos aislamientos ni acceso a sistemas de refrigeración. También su estado de salud, enfermedades crónicas, y limitaciones físicas que les impiden desplazarse a otros lugares más frescos. Además, hay que tener en cuenta la falta de redes familiares o de apoyo social que les adviertan sobre las alertas y como autocuidarse. Para afrontar esta situación se plantea desde hace años la creación de refugios climáticos, específicamente diseñados para personas mayores. Pueden ser una solución para muchas personas mayores y otros grupos vulnerables que no disponen de opciones para protegerse del calor extremo. Estos espacios deben contar con sistemas de climatización o zonas de sombra, deben ser accesibles y contar con sistemas de alerta temprana y programas de formación comunitaria. La OMS recomienda diseñar “ciudades y comunidades amigables con la edad y el clima” y cuando hablamos de envejecimiento saludable debe de contarse también con enfoque climático. El nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento de Jaén parece que está trabajando en ello y es de agradecer que el alcalde, Julio Millán tenga esta sensibilidad y quiera sumarse a otras ciudades que en el mundo y en España han iniciado ya este camino de los refugios climáticos para personas mayores. Barcelona fue pionera en 2020 y hoy cuenta ya con más de 150 puntos de refugio repartidos por toda la ciudad. Chicago, Paris o Seúl son también ciudades pioneras en el diseño y puesta en marcha de estos servicios.

En definitiva, estas propuestas van más allá de ofrecer un alivio puntual durante una ola de calor: buscan transformar las políticas públicas para incluir de manera integral a las personas mayores en estrategias de adaptación climática y garantizar que, tanto a nivel nacional como local, existan mecanismos adecuados —refugios, alertas, formación y participación comunitaria— que eviten fallecimientos evitables por altas temperaturas. En Andalucía urge que las administraciones regionales y locales empiecen a adoptar medidas y sobre todo que cuando se planean los nuevos crecimientos se piense en más verde y menos cemento.

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