Reflexiones y actuaciones

22 mar 2019 / 16:44 H.

Tengo la enorme suerte de residir este año en una de las más bonitas sierras de nuestra provincia, enamorada de ella me encuentro. Rodeada de montañas y un aire envidiable. Sus gentes saben dónde están y contribuyen a ello. Y no hago más que pensar en la suerte que tengo. En no usar el coche para absolutamente nada, en coger la bici y adentrarme por mil senderos, en caminar y correr en estas maravillosas montañas. Todo esto me lleva siempre a hacerle la misma reflexión a mi hijo: La necesidad de luchar por conservar y cuidar nuestro planeta. Él sonríe y está totalmente concienciado. En casa hemos reducido en gran medida el consumo de plásticos, porque ya no es cuestión de reciclar, sino de no usar. El plástico no se desintegra por arte de magia. Se descompone y contamina. Vamos al mercado con bolsas de algodón ecológico para los alimentos al peso. Doy gracias al destino por darme la oportunidad de vivir aquí, de conocer el aire puro día a día y, no obstante, cada día llora la Tierra por nuestra mala gestión. Os animo a mirar con el corazón y el alma nuestro entorno, os invito a actuar con pequeños actos. En nuestras manos está que generaciones futuras existan.