Redes que enredan

06 ago 2018 / 16:00 H.

He estado a un paso de dejar las redes sociales. Hay momentos en los que de una forma u otra las malas noticias acaban por influirme de forma negativa. Porque no está de más que estemos informados; es más, me encanta estar al día, pero ya no se trata de informar, sino que la manipulación y en muchos casos las mentiras están detrás de bastantes de los contenidos que nos ofertan. Eso sin contar con que la misma mala noticia aparece infinidad de veces por si no nos hemos enterado a la primera o no nos hemos alterado lo suficiente. Inconscientemente nos dejamos influir por muchas opiniones y nuestra parte visceral se manifiesta sin filtro alguno a la hora de emitir lo que pensamos. Y aquí pensamos todos con contundencia, sin dar cabida a posibles errores, convertidos en periodistas al más alto nivel o en falsos imitadores de Ortega y Gasset. ¡Qué ego se resiste al púlpito de una red social y a ser leído aunque sea por su vecino! Eso sin contar con los seguidores de Paulo Coelho que nos asaetean con tal cantidad de frases que de seguirlas al pie de la letra acabaríamos levitando o caeríamos en éxtasis. Redes sí, pero enredos los justos.