Recuerdos de madera
El artista y diseñador Matteo Pacella nos habla de que el objeto más valioso es la memoria. Así que a veces nuestros recuerdos son objetos preciados. Para ver su muestra de sus cuadros, tiene construidas unas pequeñas banquetas para subirse y así verlas de cerca. Es un guiño a la infancia porque dice que los adultos guardaban las piezas valiosas, en el estante más alto del armario, y era para que los niños sí pudiesen ver, nunca tocar y siempre romper. A la memoria se sube con un banquito. Un mantel, un plato, un dibujo del mueble de nuestros abuelos... Todo y parte puede convertirse en un recuerdo para nosotros. Matteo recuerda la merienda que le preparaba su abuelo, gajos de naranja finos sin piel, espolvoreados con azúcar y pinchados con palillos. El recuerdo infantil que me asalta es que mis tíos, en La Penilla, en Santander tenían una imprenta y grababan en el envoltorio de las tabletas de chocolate las fechas de caducidad. Una Navidad me dijeron ¡abre allí! en el cajón izquierdo del salón y descubrí la mayor tableta de chocolate del mundo, es mi recuerdo dulce. Así que ahora, en mi casa, no dudé donde guardar el chocolate, en el salón, en el mueble, en el cajón izquierdo.