Real Jaén, qué poco te quieren

Los que te tendrían que querer. Porque los que hemos mamado la cultura de la pipa, los que le olíamos el sudor a los rivales en la banda, los que paseábamos bandera en ristra por mitá de la calle Virgen de la Cabeza (imaginen eso ahora), te seguimos queriendo. Cuando ganas. Cuando te dejas empatar. Cuando te ganan y nos dejas sin cenar. Cuando juegas algo importante y vemos como la provincia se vuelca, y hay que poner gradas supletorias en el nuevo mausoleo. Y entonces se oye aquello de “solo sois del equipo cuando queda campeón”, y me digo yo, ¿que hemos ganado?

Que si Inaltia, que si Pier, que si Redondo. Que raras mezclas en época de carnaval (de Tenerife). Y es que la cosa está muy malita, ya que ni papá (Ayuntamiento) tiene para darme para salir, ni mamá (Diputación) porque ya le presta al hermano chico, el que está en el Paraíso, que ese sí queda campeón, ni mis abnegados hijos, con sus maltrechas economías y sus bufandas por bandera, poco pueden hacer. A ver si esa moto que llevan años vendiendo hacen que esos currantes, esos padres, esos que empapan la blanca por doquier, puedan disfrutar por fin de un oficio que todos quisimos de pequeños soñar...