¡Quiero creerte!

    11 dic 2022 / 16:00 H.
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    En serio, presidente. Quiero creer en tus palabras, aunque reconocerás que nos lo has puesto francamente difícil. Creí en tu palabra, en la vuestra, cuando se anunciaba el gran plan Colce. Aquello fue el frotado mágico de la lámpara maravillosa, el más ilusionante de los horizontes para esta tierra, la luz que iluminaría el desastre económico entre otros desafueros en los que nos movemos. Pero no. El genio de la lámpara resultó ser una “genia” de apellido Calvo. Y los deseos se los concediste, bajo su nube de colores, a tierras vecinas. Hubo gran movimiento social al ver cruzada nuestra cara de jiennenses con el guante del desprecio, pero el “duelo” no se produjo. Sencilla y llanamente perdimos la partida.

    Circula por ahí una carta en la que la cabeza del Ayuntamiento parecía protestar e incluso pedía explicaciones. Nada se supo de la respuesta. Ahora sabemos que, según el alcalde, aquellas letras solo se pergeñaron para “apagar el ruido social” dando por hecha su inutilidad y, claro, se van a retirar las denuncias que aspiraban a revertir la concesión o, al menos, aclarar convenientemente lo sucedido.

    ¿Y cómo es que se van a retirar? Ah, de nuevo la magia, presidente. Resulta que has venido a anunciarnos una nueva prestidigitación: el Cetedex. Y, créeme, quiero creer en esa propuesta que nos proporcionaría un lugar en los mapas y, lo que es más importante, una ingente cantidad de empleos. Leo y releo la “importancia” del planteamiento y me fuerzo a creer, a soñar, a imaginar ese Centro Tecnológico aquí al lado. Pero leo también el acuerdo firmado y me topo con esta frase: “El presente documento no es jurídicamente vinculante ni supone la formalización de compromisos jurídicos concretos y exigibles entre las partes”. Pero, ¿de qué estamos hablando entonces? Si a nada se comprometen los firmantes, el tiempo pasará y todo quedará en una nueva jugarreta “política” del destino.

    El día de la firma y el siguiente estuve atento a las televisiones y no encontré mención alguna a Jaén y a su Cetedex. Sin embargo, escuché a bombo y platillo, la concesión a Sevilla de la Agencia Espacial y a La Coruña la de la Inteligencia Artificial. Jaén, de nuevo, sumida en el olvido. ¿El motivo? No quiero ser mal pensado, pero algo no parece cuadrar. Quiero creerte, quiero confiar en ese futuro que nos has dibujado. Quiero un Jaén con el peso que merece. No quiero pensar que estemos de nuevo ante una columna de humo que, al disiparse, nos deje con el rictus del engaño prendido en nuestras caras. Quiero creer que no vais a jugar de nuevo con nuestras esperanzas, con nuestro futuro, en aras de esas urnas que se asoman ya en el calendario. Jaén no merece más engaños, más promesas rotas.

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