¿Quién te votará?

Me recuerda este título aquella canción de Mocedades “Quién te cantará con esa guitarra, quién la hará sonar, quién dará a tu casa color y a tu lecho calor...” Solo hay que cambiar “casa” por “voto” y entraremos en situación.

En estos días frenéticos en que se negocia “de igual a igual” con formaciones políticas que ni siquiera se presentan ante el Rey, con partidos que tienen en prisión a sus dirigentes, con gentes que se prodigan en palabras y hechos contrarios a una mínima propuesta de convivencia común, en estos días, repito, el gobierno en funciones o mejor, el partido que lo sustenta se enfrenta a un dilema de complicada resolución. Se oyen voces que claman contra un futuro gobierno de coalición con la izquierda más o menos radical de Unidas Podemos sustentado en el apoyo o abstención de los independentistas y antiguos amigos del terrorismo vasco pero no parece que esos movimientos se tengan en cuenta en el avance de las negociaciones. Los pesos pesados de la economía han avisado por activa y pasiva de los males que ciertas políticas defendidas por parte de ese futuro gobierno podrían acarrearnos. Tampoco sus postulados sobre política territorial, pensiones, seguridad social o trabajo parecen crear demasiada confianza. Menos aún los recientes descubrimientos de supuestas corruptelas y sobresueldos en el seno de Podemos al estilo “caja B” o el escándalo a cargo de la señora Borrás de ERC y sus adjudicaciones presuntamente delictivas “a dedo”.

Ante este cúmulo de circunstancias brota, como ave fénix de las cenizas de las elecciones, el futuro gobierno en laica comunión bendecida por aquellos que bordean peligrosamente los preceptos constitucionales.

¿Servirá esta alianza para reflotar los votos que reciba el PSOE en próximas convocatorias electorales? Posiblemente no. Los votantes de Podemos no van a cambiar su opción ante las urnas ya que, por el contrario, esperan que tocar poder les afiance en sus posiciones. Y para votar izquierda ya se tienen a ellos mismos. Aquellos que se decidieron por los independentistas catalanes o por Bildu tampoco abominarán de sus ideas para votar socialista ya que aprietan para lograr sus fines. Finalmente, tampoco los desencantados votantes de Ciudadanos abrazarán el voto PSOE tras su entrega a aquellos más o menos radicales que muy probablemente lo auparán al gobierno.

Y entre las propias filas socialistas hay voces contrarias al acuerdo y, por tanto, también se corre el peligro de alejar el voto propio. El panorama es ciertamente desolador si pensamos desde el punto de vista de un votante socialista que duda ante lo que se le presenta como indiscutible y única opción de gobierno. ¿Quién te votará, PSOE? ¿Quién dará a tu voto color?.