Queridos Julio, África y María
La primera columna del año suele ser mi carta a los Reyes; ogaño ya no puedo escribir a los Magos y prefiero dirigirme a vosotros que tenéis el poder recién estrenado por si pudiera conseguir algo para todos. La moción de censura es un instrumento democrático y legítimo si de enmendar errores se trata, pero me temo que esta sea un robo pagado con fondos públicos a conveniencia de Pedro y que al final Madrid os haga el mismo caso que a Agustín en Sevilla, que ha sido poco. Esta es una desgracia endémica de nuestra tierra y si dudas, recuerda Julio cómo Córdoba os robó el Colce por la cara de Carmen Calvo. Aquí tenemos fama de dóciles, pocos votos y por ello los grandes pasan de Jaén. El papel de bisagra no es abrir a un lado sino a ambos y no jugar al sol que más calienta cuando está nublado en vez de fomentar el enfrentamiento municipal por los propios cargos; es mejor el uso de la geometría variable con unos y otros como hace el PNV al que admiran. En fin, aunque no seáis magos aprended de errores ajenos y propios, exigid a los de arriba, sed incómodos; de este modo no lograréis lo que Jaén merece —deuda histórica, igualdad territorial, comunicaciones—, pero iréis por el buen camino.