Querida abuela Aurora:

Este año hubieras cumplido cien años, 2022-1922, el día 25 de febrero. Imagino la celebración familiar con gambas a la gabardina, risas y un flan enorme. Tu casa sigue en pie, con tejas agotadas, persianas que murmuran y puertas cojas. Pero aún sigue sin ruedas para viajar como tú decías para visitar a toda la familia. Tienes ochos bisnietos repartidos entre España y Portugal. ¿Qué contarte de estos once años sin ti? Faltan familiares. Faltan vecinos. Por causa de una pandemia llevamos una mascarilla, así que hemos ganado en miradas, pero hemos perdido en susurros. He heredado tus aficiones de radio, prensa y televisión. ¿Qué tal estás en el cielo? Podrías regañarme porque digo palabrotas, me quejo y no me pongo a diario pendientes. Felipe VI es nuestro nuevo rey. La Virgen de la Soterraña sigue cerca de tu casa. No me preguntes sobre los políticos porque no están a la altura ni a la temperatura. Después de Zapatero, estuvo Rajoy y ahora está Pedro Sánchez. Y usamos mucho, mucho ¡el chisme ese!, el teléfono móvil. Hay guerra en Europa. ¿Sabes? Escribo en el periódico de Jaén un artículo cada quince días. Me hubiera gustado que los leyeras.