¿Qué quiere regenerar?

    19 jun 2025 / 09:07 H.
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    El relativismo desborda las ideas y se infiltra en las palabras haciendo difícil la percepción del lenguaje; nada es lo que parece. El presidente ha pedido perdón por su clara culpa in vigilando en la corrupción de sus más directos colaboradores, acepta su responsabilidad política y se auto absuelve, pero no convoca elecciones para seguir trabajando por “la regeneración democrática”. Suele usar mayor dureza cuando las exige a los demás; la hemeroteca no miente. La degradación política actual alcanza a la pérdida de respeto y vaciamiento de las palabras; no solo por la labilidad para exigir ilusoriamente su cumplimiento, sino en su propio sentido lexicográfico. No se regenera la acción del gobierno con la propia viga y la paja en ojo ajeno, ni burlando sentencias con indultos y amnistías; ni atacando al poder Judicial o limando al Legislativo con abuso de Decretos-Ley; no se puede gobernar sin presupuestos, ni mercadeando votos. Es preciso recuperar el Estado de Derecho. La confusión terminológica es tan grave que excede del marco constitucional y del cumplimiento de la Ley; son las propias palabras que significan distinto según quién las pronuncie; y eso ya no tiene arreglo.

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